Primera experiencia lesbica.

Estaba en la casa de mi mejor amiga, ambas teníamos 15 años, ella tiene el pelo negro, ojos verdes, grandes tetas, culo glorioso, es hermosa, toda la vida me ha gustado las mujeres, particularmente su delicadeza, la que mas me gustaba era ella, isabel.

Ninguna de las 2 era virgenes, ambas eramos muy sexualmente activas y nos encantaba contarnos como nos gustaba, como de grandes nos gustaban las pollas y muchas cosas mas.

Un día ella me invito a ver una pelicula en su casa, cuando llegue la note exitada, puso una pelicula que tenia varias escenas sexuales, ambas estábamos muy excitadas estábamos respirando muy fuerte y estábamos inquietas.

Cuando terminamos la pelicula se me podia ver una teta por una abertura del boton de la camisa, ella me miro con lujuria y me dijo "amiga se te ven las tetas jaja" yo le dije "quieres acomodarme la camisa" ella asintio, se hizo cerca a mi, podia sentir su respiracion, e hizo algo que me dejo atonita, en vez de acomodarme la camisa, siguió hasta llegar a mi seno y lo empezó a tocar, y a besarme, me puso al 100.

Yo la bese y tambien toque sus senos por encima de la camiseta, tenia los pezones super duros, y yo no podia estar mas mojada, ambas nos quitamos la blusa y empezamos a besarnos mas, bese su vientre con pasion, ella me quito el pantalon y me empezo a besar por encima de la ropa interior era una sensacìon indescriptible "me encanta no sabes cuanto espere por esto" le dije en suspiros ella me sonrio y me quito la ropa interior, me beso el bientre y bajo a mis labios vaginales, dio un gran lenguetazo que casi me hace venir puso su lengua en mi clitoris y empezo a lamer rapidamente "masssss me encantaa sigue asiiii" estaba muerta de la excitaciòn, bajo a la abertura de mi vagina y la empezó a lamer al rededor mientras estimulaba mi clitoris con sus dedos lo hizo por 30 segundos hasta me me dio el mejor orgasmo de mi vida,

Mme gusto tanto que no podia decir nada me retorcia de placer con ella entre mis piernas, la muy zorra seguia lamiendo, me enctanto cai en la cama al lado de ella, ambas sabiamos que era mi turno, empeze a besar sus pezones y ella soltaba deliciosos gemiditos que me encantaban baje dando piquitos hasta su vagina, y empece a comermela toda, primero empeze a darle lambetones largos por toda su chochita hasta que estaba lo suficientemente excitada como para que empezara a chupar su clitoris, ella se retorcia y sonreia, se empezo a mover muy fuerte y ella me dijo "metemeloooo me encantaaa" comenze con un dedo alrededor de su vagiana ella gritaba ordenandome que le metiera todo, asi que fui rapidamente hasta su cajon mientras segui tocando su vagina y saque un consolador que sabia que ella guardaba, se lo meti lentamente primero la punta y luego cada vez mas hasta que se convirtieron en un rapido y largo mete saque mientras lamia su clítoris ella gritaba como loca y se vino muy fuerte.

Dormimos por dos horas una al lado de la otra, cuando me desperte ella me estaba tocando de nuevo la vagina entonces la abri de piernas, y tambien abri las mias, empezamos a movernos muy rico en unas deliciosas tijeras primero muy lento y luego rapido, era lo mejor sentir toda su chochita rozando la mía, ambas nos vinimos al tiempo muy rico, sonó una puerta, sus padres habían llegado.

Desde ese dia iba muy seguido a la casa de mi mejor amiga a pasarla bien.


Relato enviado a relatosxadults@gmail.com por Anónima.

Probando el coñito de mi amiga

Conozco a Dora desde hace mucho tiempo, es amiga de mi hermana Katy. Salíamos a bares a ligar y al estar ella mejor dotada era el anzuelo para que nos hablaran galanes. Después yo tuve pareja y ella se fue a USA y no nos vimos por mucho tiempo. Ahora yo me he separado, ella se casó y ya es mama, creo que esto le cayó bien porque las tetas se le pusieron un poco más grandes aunque se le colgaron poquito, tiene más cintura y las piernas que le admiraba también se le engrosaron. De cualquier manera se ve muy bien, muy cachonda. Yo soy delgada y a pesar de ya tener 38 años aún tengo cuerpo de adolescente, nalgas pequeñas, tetas chicas pero en su sitio y piernas largas y delgadas muy blancas, como muchacha de secundaria. Lo que me gusta de mi es que tengo un clítoris enorme, como de tres centímetros cuando lo tengo parado, mi pareja le decía; "mi verguita". Cuando salíamos a ligar era común que me fuera a dormir a casa de Dora y como casi siempre nos habíamos tomado unas copas la conversación era sobre hombres y sexo. Yo siempre acababa bien caliente y me masturbaba hasta cuatro veces en la cama, creo que a ella le pasaba lo mismo aunque nunca lo platicábamos. Lo que si pasaba era que ella siempre se ponía para dormir negligee, corto y trasparente con mini-pantaletas a juego. Yo me separe de Luis hace tres años y desde entonces la frecuento nuevamente. Hace dos semanas mis papas iban a ir a la playa y me invitaron diciéndome que le dijera a Dora si quería venir con nosotros a lo cual ella dijo que sí. Rentamos un bungaló en Manzanillo y a ella y a mí nos tocó dormir en un cuarto sin baño, a mi hermana en otro con baño y mis papas en otro que también tenía baño. Llegamos nos fuimos a nadar, yo quería ver como se veía Dora en traje de baño, se lo puso. Era un traje muy escotado color naranja, ella es muy blanca y le contrastaba muy bien el color, parecía que le quedaba un poco apretado y las piernas le lucían muchísimo. En un momento mi hermana me dijo; "que buena se puso la Dora" y yo dije que sí. Cuando volvimos al hotel nos bañamos para ir a comer, ella se puso una falda corta de mezclilla y una blusa de manga corta con botones de los cuales dejo tres sin cerrar y con el brasier escotado parecía que se le querían salir las tetas. Yo me puse un vestido amplio sin mangas a la rodilla y una tanguita blanca porque ya sabía que esto me calentaría y en la noche me estaría masturbando toda la noche. Mi hermana Katy se puso un vestido blanco muy vaporoso en forma de campana sin mangas que le dejaba ver sus piernitas largas y bien formadas que hasta mis papas le dijeron que se lo cambiara a lo cual ella no les hizo caso. Cenamos y nos volvimos al hotel, mis papas se fueron a dormir y las tres nos quedamos a platicar. Lo primero que dijo mi hermana fue;..."que buenitas piernas tienes pinche Dora", a lo cual Dora contesto; "se me han engordado poquito" Mi hermana se había quitado las sandalias y había subido los pies a la mesita de centro y abría y cerraba sus piernas, como se le había corrido el vestido se le veía su pantaletas y los pelos a los lados (tanto mi mama como ella y mi hermana Claudia, la que es monja, somos muy peludas)Y era mi hermana la que llevaba la plática, siguió diciendo: "yo siempre en la playa me pongo bien caliente, no si es de ver tanto viejo y vieja encuerados", "¿no vieron a la cabrona vieja de traje negro que estaba sentada a un lado de nosotros?, pues ya me tenía bien caliente la cabrona, se me antojaba para que me chingara ahorita en la noche “y nosotras sin saber que decir. Yo ya me quería ir a la cama a desearme y mi hermana como diciendo; "Uds. se traen algo, inviten" yo ya estaba oliendo el olor de nuestras puchitos todas mojadas pidiendo atención. Luego dora dijo; ", yo estoy cansada, ya me voy a dormir", y mi hermana contesta con malicia, "u si a dormir, invítenme a su cuarto a seguir platicando" Yo no dejaba de mirar el movimiento de sus piernas y veía como apretaba su panocha entre las piernas y como tenía las mejillas rojas. Dijimos que mejor mañana seguíamos y ella dijo; “no se vayan a rajar eh, quiero irme a su cuarto mañana" Nos metimos al cuarto y nos desvestimos, ella se quitó la falda y la blusa y se quedó con una pantaletas tipo short que le daba a media nalga y me dijo que le quitara el brasier, al acercarme alcance a sentir el calor de su cuerpo y eso hizo que me dieran más ganas de apagar la luz para empezarme a sobar mi picota ya bien encharcada. Me saque mi vestido y me quite el brasier dejándome solo mi tanga color gris. De la litera me toco la de arriba y baje el colchón al piso quedando al lado de la cama donde dormiría Dora. Nos acostamos y apagamos la luz iluminándonos solo por la luz de la calle. Se acostó ella primero quedando boca-abajo con sus nalgas al aire, yo me tire en el colchón en la misma posición pero al contrario. Me puse las manos bajo la cara y empecé a apretar mi puchito contra el colchón, en eso estaba cuando Dora me dice; Oye Marcela será cierto lo que dijo Katy? eso que se calentó con la señora de negro?, yo le dije que tal vez y que como fantasía nada tenía de malo, y agrega, ¿pero si lo haría?: En eso me volteo para quedar boca-arriba y veo a Dora aun boca-abajo, yo tenía sus pies a la altura de mi cara, me aparte un poco de la cama para verla mejor y vi como la pantaletas se le metía entre sus nalgonas y sus tremendas piernas, me le quise echar encima. Me volteo y me aprieto mi panocha y le contesto; "¿tú nunca has pensado algo así?, en eso deja caer una mano y toca mi rodilla y yo me quedo ahí sin moverme. Luego ella se voltea boca-arriba y dobla las piernas dejándolas un poco separadas y vuelve a dejar caer el brazo. Yo empiezo a rozar la cama con mis dedos hasta que toco ligeramente su pie que está en la orilla del colchón, ella no se mueve pero noto que tragar saliva, entonces yo sigo y ahora como sin querer toco el tobillo y le digo; " si es cierto lo que dijo Latina, tienes unas piernas bien buenitas", y ella me dice, ¿te gustan?, yo le digo que si mientras con el dorso de mi mano acaricio la pantorrilla y ella abre un poco sus piernas. Yo empiezo a oler ese olor de pucha de las dos y con la luz le alcanzo a ver que entre las piernas tiene una humedad. Entonces le toco con la mano extendida el interior de la pierna y subo la mano arriba y abajo, ella deja de hablar y empieza a respirar entrecortado, y yo ahí esperando que estire su mano y me acaricie mi pucha, estoy lista para recibirla y ya estoy con las piernas abiertas deseando sentir su cachondo cuerpo sobre el mío calientísimo. Le doy un jaloncito de la pierna y ella se levanta y se viene a acostarse sobre mí. Lo que sentí fue delicioso, se empezó a mover contra mi pucha y yo le empecé a acariciar sus nalgas, ¡al fin entre mis manos encima de mío! Le quite su pantaletas y me la lleve a la cara para olerla y chuparla y ella se levantó quedando de rodillas mientras me miraba a los ojos y yo le sostenía la mirada. Agarro por los lados mis tanga y me la empezó a bajar hasta que me la saco por los pies. Volvió a acostarse sobre mí y nos empezamos a mover una contra la otra sintiendo nuestras colitas peludas mojarse más y más. Yo tengo unos labios pequeños y delgados pero los se usar muy bien. Sus labios son más carnosos y la boca más grande. Me daba su lengua y yo se la chupaba para enseguida lamérsela por el lado y por el otro. Yo veía como se calentaba más y más y cada vez se ponía mas roja de la cara. Yo la tenía agarrada por la cintura cuando me dice; “Marcela, méteme el dedo”, baje mis manos hasta sus nalgas que me parecieron inmensas y le llego a su colita bien mojada, le meto dos dedos y me los traigo a olerlos, se los doy a oler y me dice; “que puercas somos”, y yo le contesto; “si, somos unas pinches puercas putas” Y continuo diciéndole; “Me gusta que seas así, una perra puta”, “ándale perra, abre las piernas para chingarte con mi lengua”. Me hice a un lado para ponerme arriba de ella quedando ella boca abajo moviendo sus nalgas y levantándolas un poco. Me acosté sobre ella diciéndole; “¡te tenía muchas ganas pinche puta!” y ella me decía; “¡ya cállate pinche cabrona y chángame...anda puta...chángame con tu puta lengua!” Yo me deslizo hasta quedar con mi cara entre sus nalgas y uno mi nariz entre ese par de montañas buscando con mi lengua su pucha,...al fin la encuentro y su sabor me enloquece. Casi automáticamente se levanta para quedar con la cara pegada al colchón y las nalgas al aire mostrándome su culo y la picota bien abierta y rasurada con el clítoris salido y brilloso. Empiezo a darle lamidas con la puntita de mi lengua y empiezo a sentir el poder que tengo sobre ella, se mueve más y más mascullando; “¡ eres una cabrona hija de tu chingada madre pinche depravada”! ¡ ,...”trágame...muérdeme... hazme sufrir así...voy...voooooy,...pinche perra putaaaaaa! Y yo con mi clitoris de tres centímetros bien parado y rojísimo queriendo que lo chupen, esperando mi turno Esta es la primera vez que escribo a uno de estos sitios pero lo seguiré haciendo, se lo platicare a ella y a mi hermana. 

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Cuerpo golfo

Decidimos salir de fiesta puesto que teníamos “cuerpo golfo”; como decimos cuando tenemos ganas de fiesta. Antes de salir, a una amiga se le ocurrió grabar la película porno que echaban en Canal +. Era algo que ya habíamos hecho otras veces así que lo pusimos a grabar por curiosidad. La noche fue genial. Disfrutamos muchísimo haciendo el payaso por los bares. Hacía mucho tiempo que no salíamos juntas y se notaba que todas lo echábamos de menos. 

Hacia las cinco de la mañana, algunas decidimos volver a casa. Cuando llegamos, estábamos ya muy bebidas y algunas se fueron directamente a dormir. Nos quedamos tres amigas. Aprovechamos para ver la película grabada. Una de mis amigas me pidió que le diera un masaje. Resultaba normal entre nosotras darnos masajes así que nos colocamos en el suelo y me subí encima de ella que estaba de espaldas, rodeándole con las piernas. Mi otra amiga se sentó en el sofá que se encontraba detrás y se apoderó del mando. Puso la película porno y yo comencé a subirle la camiseta a mi amiga. Ella me facilitó la tarea y me dijo que le soltara el sujetador. Lo había hecho mil veces pero no sé por qué razón, esta vez estaba nerviosa. La situación era extraña. Yo dándole un masaje a mi amiga mientras veíamos una película porno de lesbianas. Y además completamente borrachas. Llevaba un sujetador muy original. Era de diferentes colores a rayas. Le solté el sujetador y ella se lo quitó completamente; le debía molestar. Al quitárselo enseñó el pecho. Lo tenía muy bonito. Sus pezoncitos eran rositas a diferencia de los míos. No eran muy grandes aunque tampoco eran pequeñas. Entraban bien en la mano. 

Continué con el masaje. Tenía la piel blanca y muy suave. Tenía una figura bastante estilizada; se le marcaba la cintura. Me llamó la atención las pecas que tenía pues nunca me había fijado en ellas. La película comenzó fuerte desde el principio. Comenzó con dos amigas que se encontraban y disfrutaban del sexo conjuntamente. La primera escena fue un lésbico entre ellas utilizando diferentes juguetes. He de confesar que yo tengo algunos juguetes con los que disfruto muchísimo. Las escenas variaban de lugar; en un bar, en un sex shop, en una fiesta,... también se incorporaban personas en las escenas. 

Yo me estaba excitando mucho. Continuaba masajeando a mi amiga sin quitar la vista del televisor. Mi excitación aumentaba cada minuto. Sin darme cuenta, comencé a moverme encima de mi amiga mientras le acariciaba la espalda. Todo muy sigilosamente, claro. Mi amiga no se daba cuenta. El movimiento de cadera era muy sutil pero muy eficaz. El roce cada vez me excitaba más. La película iba subiendo cada vez más de tono y yo mientras, intentaba disimular el movimiento y por supuesto, la excitación. Mis manos se deslizaban debajo de la cintura atravesando las braguitas blancas que llevaba mi amiga. 

Sin darme cuenta, estaba fuera de mí. En la película estaban las dos amigas disfrutando de toda su sexualidad y yo dejaba correr mi imaginación mientras la masajeaba. Las manos se me deslizaban por los costados acercándome cada vez más al pecho que ya conocía a la perfección. Lo extraño de todo era que me había duchado muchas veces con mis amigas y nunca se me pasó por la imaginación que me pudiera excitar una situación como la que se planteaba. Estoy convencida que la película tuvo mucho que ver en mi excitación ya que las uso mucho para autocomplacerme. El alcohol también tuvo mucho que ver en mi desinhibición. La cuestión es que yo estaba disfrutando mucho de la situación. Mis movimientos eran muy sigilosos y mis manos, por los suspiros de mi amiga, muy habilidosas. 

De repente, fui consciente de la presencia de mi otra amiga. Se me había olvidado por completo que se encontraba allí. La verdad es que no había hablado durante todo ese rato. Ese instante hizo que volviera a la realidad. Dejé de moverme y paré el masaje diciendo que ya era suficiente. No creí que se hubiesen dado cuenta de nada o por lo menos no la que recibió el masaje. Nadie habló de aquello y nos incorporamos al sillón. Comenzamos una conversación sobre la película que empezó a desvariar. Empezamos a contarnos experiencias sexuales y el alcohol hizo que surgieran confesiones alucinantes. A mí se me soltó la lengua y les relaté lo que os conté a vosotros; lo del amigo de mi novio. Aquel famoso cunnilingus causó estragos en mis amigas. Se quedaron anonadadas y me hicieron mil preguntas. 

Después de ver la película (a medias), decidimos irnos a dormir, no antes de bebernos la última copa. Había camas para todas. La casa es muy grande; tiene dos pisos. Ya estaban algunas amigas durmiendo así que fuimos a otra habitación. Había una cama de matrimonio así que pensamos en dormir dos en una misma cama. La del masaje dijo que se quedaba en el sofá esperando a las otras amigas que aún no habían vuelto. Nos dimos las buenas noches y mi amiga y yo nos metimos en la habitación. Estaba la calefacción encendida y hacía calor, con lo que me quité la falda que llevaba puesta y me quedé en tanga. Llevaba un tanga negro con puntilla y una camiseta blanca sin sujetador (ya me lo había quitado en el sofá). Se me transparentaban los pezones oscuros que estaban completamente empitonados. No me daba vergüenza ya que nos habíamos visto desnudas millones de veces. Ella llevaba un camisón corto con el que se le veían las braguitas. Eran completamente blancas y de ellas se asomaba el culito que lo tenía completamente duro gracias al deporte que practicaba. Habíamos dormido muchas veces juntas así que no era nada extraña la situación. Nos metimos en la cama y apagamos la luz después de darnos las buenas noches. 

De ahí a un rato, que no sé cuanto pudo ser porque yo ya estaba muy adormecida, sentí unos dedos rozando mi piel. Pensé que estaba soñando y tardé un rato en reaccionar. Cuando fui consciente de lo que pasaba, la mano ya estaba muy cerca del pecho y me asusté un poco. Ahí me despejé completamente y empecé a comprender lo que sucedía. Mi amiga me estaba rozando con la mano consciente o inconscientemente. No podía pensar que lo hiciera queriendo, así que le dije que se despertara, pensando que estaba dormida. De pronto ella dijo que estaba despierta. Fue lo único que dijo mientras su mano llegaba a mi pecho derecho. Agarró la teta con la mano extendida y la apretó varias veces mientras acercaba la otra mano hacia mi piel. 

Yo me encontraba paralizada. No podía reaccionar. Su respuesta me dejó inmóvil. Su segunda mano descendió por mi cuerpo. Me rozó los muslos mientras me pellizcaba el pezón. Mis músculos comenzaron a relajarse y mi mente comenzaba a funcionar muy lentamente. Sus manos eran muy habilidosas y excitantes. Me comentó que había estado observando el masaje y que se había calentado mucho conmigo. La situación le pareció increíblemente morbosa y me confesó que desde el principio del masaje me había estado observando mientras se masturbaba. Me quedé helada. Esto ya había llegado muy lejos. Con toda esta información, me subió el vodka a la cabeza y me confundió más de lo que ya estaba. Mi amiga continuó tocándome y la mano se deslizó por el tanga hacia mi coñito depiladito. Eso hizo saltar a mis pezoncitos. Tengo que decir que ellos son independientes a mí. Aunque yo no quiera, si estoy excitada, ellos se endurecen y se contraen en forma ovalada. Siempre me delatan. Mi amiga no desaprovechó ocasión y comenzó a reírse. Me dijo que no hacía falta que dijera nada pues los pezones lo habían hecho por mí. Ella era consciente que aunque aún no reaccionaba del todo, estaba excitada y que podría llegar a excitarme mucho más. Me dijo que me relajara que no iba a hacer nada que no quisiera y que tampoco iba a salir el secreto de esa habitación. 

Yo ya no pensaba en nada. Me encontraba un poco mareada y a la vez, tremendamente excitada. Esa mezcla hacia que pareciese casi irreal. Parecía un sueño. Un sueño realmente maravilloso. Me tenía totalmente vencida con sus caricias. Los dedos hacían su trabajo rozando a la vez los labios y el clítoris. Se deslizaban sin dificultad gracias a que estaba completamente mojada. Mi amiga se inclinó hacia mi cuerpo y me chupó el pezoncito. Estaban muy contraídos. Me daba pequeños mordisquitos mientras los succionaba como si fuesen un caramelo. Yo estaba en el séptimo cielo. No podía dejar de suspirar. No podía pensar en nada; tenía la mente en blanco. Sólo podía disfrutar. Comencé a jadear. Mordí la almohada para que no se me escapase ningún gritito. Mi amiga se dio cuenta que estaba muy excitada y paró de repente. La habitación quedó en silencio y yo sin habla. ¿Cómo podía parar así sin más? Estaba completamente excitada y no quería que acabase así. Ahora ya no. Tardó unos segundos en hablar pero a mí se me hizo como un año. Quería explotar, ya no podía dar marcha atrás. Habíamos cruzado una frontera sin retorno. 

Comenzó a tocarme los pezoncitos mientras me contó sus planes. Me dijo que a ella le encantaría terminar lo que había empezado pero no en ese momento. Me dijo que también quería disfrutar y quería saber lo que sabía hacer yo. 

A mí no me costó mucho reaccionar. Era justo. Recordé mis fantasías lésbicas y decidí que era un buen momento para llevarlas a la práctica. Comencé a tocarle el culo. Tenía un culito muy duro. Metí mi mano dentro de las bragas y agarré el culo con fuerza. Estaba muy… muy excitada y eso lo transmitía en las caricias. Comencé a besarle el cuello. Lo besaba y lo lamía. La orejita tampoco se libró. Me encontraba completamente desatada. Ella me tocaba mientras yo me subía encima de ella. Aprovechó para chuparme el pezoncito puesto que lo tenía enfrente. Yo se lo aparté ya que era su turno y me acerqué a chupar sus tetas. Las toqué y las agarré con las dos manos. Rellenaban perfectamente la palma de mi mano. Los pezoncitos los tenía duritos aunque bastante menos que los míos. Los tenía rositas como los de mí otra amiga. Los mordisqueé y los chupé sin descanso mientras me movía encima de ella. Mi excitación continuaba en aumento, igual que mi deseo. Comencé a perderme por el edredón. Descendí hasta abajo y le deslicé las braguitas por los muslos mientras mis dedos rozaban su piel. Se las quité y le palpé el chochito. Tenía pelo aunque muy poquito. Rocé los labios con los dedos y le separé los labios menores. Me acerqué y pasé mi lengüita por los labios. Sabía bastante bien. Estaba muy mojadita y cada vez que pasaba mi lengua, sentía como se estremecía. Aceleré la velocidad de mi lengua por egoísmo propio. Quería explotar ya, así que quería acelerar su orgasmo para que luego me proporcionase otro a mí. No podía más. La situación y la bebida me tenían enloquecida. Ella jadeaba cada vez más fuerte y el corazón parecía que le iba a explotar. Debajo del edredón no le veía la cara pero estoy convencida que era de puro placer. Le pellizcaba los pezones y chupaba y succionaba el clítoris salvajemente. De repente, oí un grito ahogado y sentí como se le tensaban los músculos de las piernas. Se tensaron y estiraron con fuerza hasta que se relajaron. El coño lo tenía muy inflamado y mojado. Ella se encontraba exhausta pero yo tenía muchas ganas de continuar. Me aparté hacia un lado y le dejé respirar. 

Creo que no pasaron diez segundos cuando le dije que yo también quería disfrutar. Ella me dijo que había estado genial su orgasmo y me aseguraba otro igual para mí. Comenzó de nuevo con los pezoncitos. Los succionaba con brusquedad. Me chupó el cuello, la oreja,... y me besó infinitas veces. Por primera vez me besó en los labios. Eran besos apasionados. Las lenguas sincronizaban a la perfección. Volvió a mis pezoncitos. Ya los tenía completamente contraídos. Cada roce hacia vibrar todo mi cuerpo; me encontraba en otra dimensión. De repente, desapareció en la cama. Sentí como su boca mordía el tanguita y ayudada con las manos descendía hasta los pies. Me quitó el tanga y comenzó a chuparme los pies. Subía con la lengua por la pierna mientras deslizaba a la vez las manos por la piel. Me besó los muslos mientras abría completamente mis piernas. Entonces me besó el chochito. 

Subió y me besó en los labios diciendo que la sorpresa le había gustado. Supuse que se refería a mi chochito completamente depilado. Bajó y continuó con la lengüita. Me lamía todo el coño y a mí ya me quedaba poco. Me pellizcaba los pezoncitos como a mí me gusta. Continuó chupándome cada vez con más ahínco y yo ya no pude soportarlo más. Me corrí. Sí, me corrí como pocas veces lo había hecho. Mis piernas se tensaron como las de mi amiga. Solté un grito que no pude ahogar. Mi amiga se incorporó a mirarme y sonrió al verme la cara. Supongo que era de puro placer. 

En ese momento se oyeron unas risas fuera de la habitación. Mis amigas habían llegado en ese mismo instante y tuve miedo de que nos hubieran oído. Entraron a la habitación sin llamar: es costumbre en nosotras cuando estamos bebidas. Estaban muy borrachas y querían seguir la juerga en casa. Nosotras les dijimos que estábamos muy cansadas y que no armasen mucho ruido. Cerraron la puerta y respiré con alivio. Nadie había oído nada. Mi amiga me miró, sonrió y me dio un beso en la boca. Me dijo que no me preocupara. Se la veía muy calmada y eso me tranquilizó. Le sonreí y nos acostamos juntas. Supongo que tardé un instante en dormirme porque no recuerdo nada más de aquella fantástica noche. 


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